5 feb 2011

La Torre de la Grulla Amarilla


Tommy se sentó en su mesa favorita y miró alrededor. Todo el tiempo que la cabaña estuvo cerrada no fue en vano. El lugar más despejado, nuevos cuadros en las paredes. Una gran foto con una vista de montañas y arroyo, un poema acerca del té escrito con una buena caligrafía china… en el momento en que Tommy está por decirle algo a Luis, entran Dan y Juan riendo.

— ¡Reabrió la cabaña!

— ¡Tommy! Llegaste antes que nosotros…

Se sientan a la mesa, y miran los cambios. La foto, las caligrafías… una pintura les llama especialmente la atención. Un anciano de larga barba blanca, con aspecto de taoísta, tocando una flauta de bambú, está volando acomodado sobre una grulla, y la grulla es amarilla. Dan y Juan se miran. Tommy y Luis los miran. Todos se miran. Dan habla.

— Tommy o Luis… ¿qué es esa pintura?

Todos rien. Tommy y Luis se miran nuevamente. Luis va a calentar el agua para el té. Tommy habla.

— ¿No conocen la historia? ¿La grulla amarilla? ¿La Torre de la Grulla Amarilla? Hmmm… sin duda no. La cuento. Todo empezó en China, en la época de los Tres Reinos, en el año 223 de esta era. Un hombre llamado el viejo Xin, tenía una casa de vinos. Una vez, en la ciudad de Wuhan —provincia de Hebei— un taoísta de aspecto humilde, llamado Wang Zi’an, fue a beber ahí. El viejo Xin no le prestó atención, pero su hijo, de corazón bondadoso, le sirvió vino al taoísta sin pedirle que lo pagara. Desde entonces, con frecuencia, el taoísta iba ahí a beber gratis. Después de un tiempo, un día fue a despedirse porque se iba de viaje. Como agradecimiento por todo el vino que le habían servido, dibujó una grulla amarilla sobre una de las paredes. Entonces la grulla saltó de la pared y comenzó a bailar. El taoísta se marchó. La grulla se convirtió en una atracción local. Una enorme cantidad de gente iba a beber al lugar y ver bailar a la grulla amarilla. El negocio prosperó, el viejo Xin y su hijo amasaron una buena cantidad de dinero.

Diez años más tarde, un buen día apareció nuevamente el taoísta a visitar a sus viejos amigos. Lo recibieron con alegría y agradecimiento, ya que a él debían su buena fortuna. Por su parte, Wang Zi’an se sintó feliz de ver el progreso de sus amigos, y del agradecimiento que sentían hacia él. Se quedó con ellos un tiempo, hasta que, finalmente, un buen día, montó sobre la grulla amarilla y, tocando una flauta de bambú, voló con la grulla hasta desaparecer en la distancia. En memoria y agradecimiento a su amigo taoísta, el viejo Xin y su hijo construyeron una torre de tres pisos desde la que se podía ver el Yangzi y el paisaje de toda la zona. La Torre de la Grulla Amarilla se convirtió en un lugar favorito de los poetas y artistas. Li Bai (Li Po), Cui Hao, Meng Hao-ran… la lista de los grandes poetas que pasaron por allí es enorme. Fue destruida y reconstruida varias veces, y al día de hoy tiene cinco pisos con una altura de más de cincuenta metros. Se escribieron por lo menos 300 poemas acerca de la Torre, el más famoso es de Cui Hao, el gran poeta de la época Tang:

El hombre en la antigüedad, ya ha montado, se va en la Grulla Amarilla.
En esta tierra queda vacío, el Pabellón de la Grulla Amarilla.
La grulla Amarilla una vez ida, nunca más volverá.
Nubes blancas por mil años, lejano, lejano el vacío.
En el río soleado, nítidos, nítidos, los árboles Han-yang.
Hierbas fragantes, lujosas, lujosas, en la Isla de los Loros.
El sol tardío se pone, ¿dónde está mi hogar?
Las olas neblinosas sobre el río, traen pena al hombre.

Una vez, el mismísimo Li Bai subió pincel en mano dispuesto a escribir un poema en una de las paredes, y vio el escrito por Cui Hao. Después de leerlo tiró el pincel al suelo y dijo, “¡No puedo hacerlo mejor!” Si llegan a ir a la Torre de la Grulla Amarilla… ¿quieren intentarlo ustedes?