21 may 2010

Un té mongol


Tommy entró a la cabaña con su andar tranquilo, y fue derecho a la mesa donde Juan y Dan ya estaban sentados. Se sacó la campera el gorro de lana azul, húmedos por la niebla, y se sentó. Los tres amigos se miraron con una sonrisa cómplice. El día bastante frío y con una densa niebla era ideal para reunirse en la cabaña de té, cerca del fuego. Al ver que ya están los tres reunidos, Luis se acerca a la mesa.

— ¿Oloong? ¿Tie Guanyin…?

— Hmmm… ¿Qué tal algo más sustancioso y fuerte con esta niebla fría? No a la manera china o japonesa…

Tommy, Juan y Luis lo miran a Dan socarronamente. Tommy abre el pico.

— ¿Himalayas? No creo que Luis tenga algo listo. Lleva un buen rato preparar el té a la manera tibetana, para que esté realmente bien hecho.

— ¡Pero puedo preparar suutei-tsai! Es bastante rápido.

— Sólo que no va a estar preparado con leche de cabra. ¡Pero si! Un té a la manera mongol va a venir muy bien.

Tommy y Juan lo miran a Dan sonrientes. Les ahorró el trabajo de preguntar qué es lo que les estaba ofreciendo Luis. Luis les alcanza una tetera con té verde y unos bollos rellenos con porotos azuki, para que tengan algo mientras esperan. Unos diez o quince minutos más tarde, vuelve con tres tazones altos y circulares. El humo que sale de ellos va dejando figuras en el aire a su paso. Es la primera vez que Tommy y Juan toman suutei-tsai. El aroma es delicioso, y la sonrisa que tenían en sus rostros aumenta. Al primer sorbo Tommy pone el tazón sobre la mesa y sacude la cabeza mirándolo a Luis.

— ¡Qué bueno! Maravillosa idea Luis… por favor ¡¿cómo se prepara esto?!

— Fácil. Aquí va la receta, pueden usar té verde o té negro.

Primero, pongan a hervir té en la cantidad de agua, calculen una cucharita de té por taza, más o menos. También depende del té que usen. Hiérvanlo durante unos minutos, dos o tres… no hay tiempos rígidos, depende de lo fuerte que quieran al té.

Después agreguen leche, en la misma cantidad que agua. Si pusieron un litro de agua, pongan un litro de leche. Sigan hirviendo. La costumbre mongol es no revolver, sino usar un cucharón para, a la vez que se revuelve, también sacar y volver a dejar caer el té en la olla. Como cuando enfrían la sopa. Sigan hirviendo por unos cinco minutos. Después, se le agrega un poco de sal, aproximadamente una cucharita de sal para dos litros de tsuute-tsai. A propósito, en idioma mongol eso quiere decir… té con leche y sal. ¡A disfrutarlo!

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