9 jun 2010

Colores — Emociones



Sólo el sonido del fuego se escucha en el silencio de la cabaña. Tommy y Dan, sentados a la mesa, esperando más agua caliente para su té. Tommy parece haber dejado su cuerpo ahí, y estar en otra parte. Luis trae el agua. Tommy mira como Dan levanta la tapa de la tetera. Dan mira a Tommy. Tommy sonríe y comparte con Dan.

“Los colores de otoño son realmente impresionantes en Ashland Oregon. Verdes profundos, dorados y bronce, ocre, rojo profundo, amarillo brillante. Agregándole el fondo de cielo azul y el Pico Grizzly, hace que el espíritu y el corazón se expandan tanto como el cielo mismo. En un día así, y también bastante calurosos para esa época del año, después de hacer un par de cosas en el pueblo —al centro, como le decimos— decidí tomar un descanso. Fui al café de la librería. Mientras disfrutaba de mi té verde con arroz tostado en el patio, entraron una chica y un muchacho. Entre diecinueve y veinte años los dos. Ella con un rostro muy atractivo. Estatura mediana, cabello castaño, largo hasta los hombros, vestida con un traje-minifalda gris y calzas negras. Caminó directo hasta una mesa, llevando su latte. Su compañero, mucho más alto, más de un metro ochenta, melena rubia no llevaba nada. Algo después el muchacho del café le llevó algo que parecía ser un latte con un montón de crema batida en lo alto. Impresionante y tentador. Seguí disfrutando de mi té verde con arroz tostado”.

“Finalmente relajado de la velocidad que traía, empecé a mirar las plantas a mi alrededor. Después, mi atención fue a la pareja joven. Estaban felices bebiendo sus brebajes y charlando. Charlando más felizmente de lo que disfrutaban sus brebajes. Había algo así como una corriente de beatitud que fluía entre ellos. Yo no podía —ni quería— escuchar lo que decían. De hecho, no importaba en absoluto. Ni siquiera el lenguaje corporal importaba. Lo que sucedía estaba más allá de las palabras, más allá de los gestos físicos. Desde sus ojos y sus corazones irradiaba algo especial”.

“Entonces, algo resultó muy claro en mi propio corazón. Corazón-mente. La comunicación real está más allá del habla y el silencio. Es algo que se transmite de corazón a corazón de una manera muy sutil. Eso es lo que realmente llevan las palabras o los gestos. El sentimiento y la motivación. Él podría haber estado diciendo ‘tu latte parece realmente bueno’. Y ella podría haber respondido, ‘si, y viste a ese tipo raro que está sentado ahí tomando té?’ Pero el mensaje que ambos enviaban y recibían era, sin ninguna duda, ‘¡Me gustás tanto! ¡Me siento tan feliz de estar aquí contigo!’

“Lo realmente importante va más allá de las palabras y acciones. Es la emoción y la motivación. La corriente emocional es la energía, y la motivación es la calidad de esa energía. Cuanto más alto el tono de la emoción, y cuanto más pura la motivación es lo que hace bueno al mundo que nos rodea. Lo mejor es dejar que nuestro corazón y espíritu se expandan, como cuando miramos los maravillosos colores del otoño”.

1 comentario:

Ana Maria Diaz SUSPENDER EL CIELO dijo...

Si esas corrientes de energía se enciende en las parejas cuando se admiran y se sustentan mutuamente. En las parejas, en los amigos y entre todos esa energía debería fluir finalmente. Pero es raramente efímera. Con suerte parece durar unos cuantos tes................ja ja ja