Haciendo de la serenidad
Mi única compañía,
Seclusión de invierno.
A la derecha, libros.
A la izquierda, una taza de té.
Frente a mi, la chimenea.
Detrás de mi, el cargo.
No hay felicidad más grande que esta.
Teiga (1755-1825)
Afuera está frío y nublado, adentro el aroma de los leños en la chimenea se integra con el del té. Disponemos de buena lectura y tenemos el tiempo para disfrutarla. Un momento así no tiene nada que envidiar a un día de primavera o verano. No sabemos casi nada de Teiga. Todo lo que sabemos es el haiku y el poema que están más arriba —muy querido por muchos de nosotros— y que fue discípulo del gran Yosa Buson (1716-1783). La diferencia entre sufrir el invierno y disfrutarlo es similar a la de sufrir el calor o disfrutarlo. Todo está en la mente, el corazón, en el punto de vista. Teiga es alguien que sabe cómo disfrutarlo. Issa, otro gran poeta de haiku, no siempre lo disfrutaba, por ejemplo escribió:
Mañana tras mañana
¡Malditos rábanos tostados!
Seclusión de invierno.
y también
Mi padre vio
Esta misma maldita montaña…
Seclusión de invierno.
No hablaron una palabra,
El visitante el anfitrión,
Y el crisantemo blanco
Ryota Oshima (1718-1787)
Hay viento
En la noche de nieve…
Ryota Oshima (1718-1787)
(Un proverbio japonés dice: La vida es una llama de lámpara al viento).
Ni una sola piedra
Para tirarle al perro
¡La luna de invierno!
Tan Taigi (1709-1771 o 1738-1791)
Es cálido al sol,
¡Pero frío!
Uejima Onitsura (1660-1738)
La sombra de los árboles.
Mi sombra se mueve
En la luz de luna de invierno.
Masaoka Shiki (1867-1902)
Árboles de montañas de Oregon
¿Verdes en invierno?
¡Musgo y líquenes!
Son blancos
En la montaña nevada
Paisaje nevado
Las montañas se confunden
Con las nubes
Texturas blancas
¿Son nubes o nieve?
Cielo brumoso y nubes bajas
El sol ilumina brillante arriba de las nubes
En el día de invierno
Para los que están en el valle
Lluvia nieblas pastos mojados
Cielo azul
Cielo brillante
Mar de nubes
Es lo que ves
Desde lo alto de la montaña
al fuego
bebiendo té Di Guanyin
una taza
otra taza
aún otra taza —
la alegría
de la seclusión de invierno
Después del crepúsculo la nieve ya no es naranja,
La cumbres blancas anuncian la llegada de la noche,
Bebiendo tranquilo el té Oolong,
Comparto con la montaña la larga noche de invierno.
En pleno invierno
descubro al fin en mí mismo
verano invencible
No hay comentarios:
Publicar un comentario