4 may 2010

Curtiendo el Invierno


Haciendo de la serenidad
Mi única compañía,
Seclusión de invierno.

A la derecha, libros.
A la izquierda, una taza de té.
Frente a mi, la chimenea.
Detrás de mi, el cargo.
No hay felicidad más grande que esta.
Teiga (1755-1825)

Afuera está frío y nublado, adentro el aroma de los leños en la chimenea se integra con el del té. Disponemos de buena lectura y tenemos el tiempo para disfrutarla. Un momento así no tiene nada que envidiar a un día de primavera o verano. No sabemos casi nada de Teiga. Todo lo que sabemos es el haiku y el poema que están más arriba —muy querido por muchos de nosotros— y que fue discípulo del gran Yosa Buson (1716-1783). La diferencia entre sufrir el invierno y disfrutarlo es similar a la de sufrir el calor o disfrutarlo. Todo está en la mente, el corazón, en el punto de vista. Teiga es alguien que sabe cómo disfrutarlo. Issa, otro gran poeta de haiku, no siempre lo disfrutaba, por ejemplo escribió:

Mañana tras mañana
¡Malditos rábanos tostados!
Seclusión de invierno.

y también

Mi padre vio
Esta misma maldita montaña…
Seclusión de invierno.

La palabra en japonés para seclusión de invierno es fuyugomori. Quiere decir confinamiento de invierno, aislamiento de invierno, o desde un punto de vista más filosófico y profundo, seclusión de invierno. La hibernación de los osos y otros animales, también se llama fuyugomori. Es cierto que el recibir menos luz del sol por los días más cortos produce un cambio en nuestro sistema psicofísico. Pero no es menos cierto que podemos servirnos de eso para disfrutar del invierno. Podemos, por ejemplo, escribir poesía de invierno, haikus de invierno. Muchos poetas lo han hecho y aún lo hacen. Podemos inspirarnos en poemas de maestros del pasado:

No hablaron una palabra,
El visitante el anfitrión,
Y el crisantemo blanco
Ryota Oshima (1718-1787)

A la luz de la vela
Hay viento
En la noche de nieve…
Ryota Oshima (1718-1787)

(Un proverbio japonés dice: La vida es una llama de lámpara al viento).

Ni una sola piedra
Para tirarle al perro
¡La luna de invierno!
Tan Taigi (1709-1771 o 1738-1791)

Este día de invierno
Es cálido al sol,
¡Pero frío!
Uejima Onitsura (1660-1738)

La sombra de los árboles.
Mi sombra se mueve
En la luz de luna de invierno.
Masaoka Shiki (1867-1902)

Yo no puedo resistir escribir poemas de invierno, aquí hay algunos de los míos:

Árboles de montañas de Oregon
¿Verdes en invierno?
¡Musgo y líquenes!

Hasta los grises
Son blancos
En la montaña nevada

Paisaje nevado
Las montañas se confunden
Con las nubes

En la montaña
Texturas blancas
¿Son nubes o nieve?

Cielo brumoso y nubes bajas
El sol ilumina brillante arriba de las nubes
En el día de invierno
Para los que están en el valle
Lluvia nieblas pastos mojados
Cielo azul
Cielo brillante
Mar de nubes
Es lo que ves
Desde lo alto de la montaña

sentado frente
al fuego
bebiendo té Di Guanyin
una taza
otra taza
aún otra taza —
la alegría
de la seclusión de invierno

Después del crepúsculo la nieve ya no es naranja,
La cumbres blancas anuncian la llegada de la noche,
Bebiendo tranquilo el té Oolong,
Comparto con la montaña la larga noche de invierno.

¿Cómo es que logramos esto, la poesía en invierno? Encontrando calidez en nuestro corazón-mente ¿Cómo encontramos esa calidez en nuestro corazón-mente? La encontramos en la serenidad. ¿Cómo llegamos a la serenidad? No dejándonos arrastrar por los deseos. Cuando podemos contemplar a nuestros deseos como a nubes que pasan flotando por el eterno e inmenso cielo azul, los deseos ya no nos arrastran. Somos libres. Podemos decir si, y podemos decir no. La mente se aquieta, el espíritu se expande, y crece una sensación de calidez en nuestro corazón. Sentimos una intensa y serena felicidad que no depende de nada externo. Somos felices sin causa. Somos uno con el haiku de Soen Roshi:

En pleno invierno
descubro al fin en mí mismo
verano invencible

Hoy, 4 de Mayo, alrededor de la puesta de sol, a 38º Sur 57º Oeste, comienza el invierno solar ¡Feliz invierno para todos!

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