27 may 2010

El Narrador de Historias


Tres manifestaciones de humanidad: generosidad afectuosa, modales amables y conocimiento alabable.

Cuídate de tres personas: de el sin alegría, del que se burla y del que se ríe de las acciones ilegítimas.

Tres cosas difíciles de obtener: fuego frío, agua seca y codicia legítima.
Tríadas Celtas

A treinta y ocho grados latitud sur y cincuenta y siete grados longitud oeste, faltan veinticuatro días y medio para el solsticio de la mitad del invierno. Es también, tradicionalmente, el comienzo del año solar. Casi todas las culturas del planeta lo han considerado —y lo siguen considerando— así. Literalmente, de aquí a la China. Hay quienes no saben disfrutar del invierno, tal vez no sienten amor por el fuego. Para los que gustan de juntarse alrededor o cerca de un fuego, y compartir un buen té, u otras bebidas, el invierno tiene un gran atractivo. Es el tiempo de encender el hogar, o la salamandra, reunirse y contar historias. En todas las culturas, el narrador de historias es una persona de importancia. Algo así como un historiador doméstico con sentido del humor. Es el que conserva las leyendas. Y todos sabemos, al día de hoy, que las leyendas son más veraces que la historia.

Hasta no hace mucho tiempo, en las regiones de Irlanda apartadas de las grandes ciudades no había televisión. La gente vivía sanamente. El narrador de historias, el seanachí, era especialmente importante. En las largas y frías noches de invierno, era el seanachí el que mantenía despierta a la gente. De entre todos, el más reverenciado de los contemporáneos fue Eamon Kelly, el Maestro Seanachí. Aquí va una historia narrada por él, tomada de uno de sus muchos libros.

El Ceanai Fionn y Cluasach O Failbe
Cluasach O Failbhe era la mano derecha del Ceannai Fionn, un gran navegante irlandés, que cruzaba los mares muchísimo antes que Brendan. En uno de los viajes, Cluasach O Failbhe tuvo un vislumbre de otro mundo y así es como sucedió:

En el camino de regreso a casa frecuentemente estaban hambrientos y acostumbraban a tirar el ancla y pescar un poco. Un día, cuando iban a levar el ancla no pudieron hacerlo, de modo que Cluasach O Failbhe dijo que bajaría a ver qué la retenía. Tomó una respiración profunda y allí fue bajando a lo largo de la cadena, sólo para encontrar que el ancla estaba enganchada al dintel de una puerta. Entró a la casa y, ahi adentro había: ¡oh!, una hermosa joven.

“Oh, Cluasach”, dijo, “te miro todos los días pasando por arriba con el barco. Estoy locamente enamorada de ti, y ¿te casarías conmigo?”

“Muy bien”, dijo Cluasach, “lo haré. Pero primero me gustaría ir a casa y hablar con mi madre”.

“Si te vas a casa debes darme tu promesa solemne de que volverás, y si rompes tu promesa y alguna vez vuelves al mar, subiré y te traeré abajo yo misma, porque no puedo vivir sin ti” ¡Se había enamorado así de fuerte!

Cluasach le dio su promesa, desenganchó el ancla del dintel de la puerta, y arriba voló el ancla llevándolo a él también. Le contó al Ceannai Fionn acerca de la hermosa mujer en la casa bajo el mar.

“No pienses en ella”, dice el Ceannai Fionn, “morirás de reumatismo viviendo abajo en ese viejo lugar tan húmedo”.

Volvió a casa y le contó a su madre, pero la madre tampoco lo escuchó. “¡Casarse con forasteros! ¿En qué piensa?” Lo mantuvo alejado del mar, y desde entonces no hubo más barcos para Cluasach. El tiempo pasaba y no podía sacar de su mente la imagen de esa hermosa mujer. Un día estaba jugando al fútbol abajo, en la orilla. Un torpe pateó la pelota al agua y, Cluasach, olvidándose de sí mismo, fue a buscarla. Y allí estaba ella esperando dentro de las olas. Lanzó sus dos manos alrededor de él y lo llevó con ella, bajo el mar, hasta Tir Fó Thoinn (la Tierra bajo las Olas). Y nunca volvió, y supongo que se casó con ella. Pero acostumbraba a mandar un presente. Cada víspera de Mayo, durante los siguientes cincuenta años, las tres chispas quemadas solían llegar a Trá Fraisc. ¿No vivió largo tiempo con ella allá abajo? El matrimonio jamás ha acortado la vida de un hombre si encuentra la mujer correcta.

Eamon Kelly
Ireland’s Master Storyteller
Marino Books – Mercier Press; Dublin
ISBN 1-86023-080-6

Si como Cluasach O Failbhe, deciden quedarse en otro mundo ¡nunca olviden mandar regalos a casa por lo menos una vez al año!

1 comentario:

Alexis dijo...

apropiado para clima marplatense de estos días seanachí

saludos

alexis