Durante los primeros años de mi formación, mis maestros fueron japoneses y chinos. Para mi formación con el té también. A la manera china y japonesa, por supuesto. Conservo una taza para ceremonia de té, hecha por Mizutani Jiro sensei. Es uno de mis tesoros. Todo esto quiere decir que nunca había probado el té preparado a la manera tibetana. Jamás. Había leído acerca de él, pero tal como en el dicho Zen, las tortas dibujadas no satisfacen el hambre. Finalmente lo probé… en Ashland Oregon.
Cerca de Ashland, en Mount Ashland, está Tashi Choling, un monasterio Ñingmapa, a cargo de Gyatrul Rinpoche. En medio de las montañas, no sólo se encuentra el monasterio, también viven algunos yoguis con sus familias. Yendo un poco más alto en la montaña, vive Philip, un viejo y buen practicante, que tuvo maestros excepcionales. Allí me llevó mi amigo Thubrig. Por una chapa enlozada dentro de su casa, descubrí que había vivido en Perú y en Chile. Almorzamos, tuvimos charlas maravillosas en medio de la hospitalidad de Philip, no menos maravillosa. Y por supuesto, tomamos té. Aunque soy un vegetariano —no ovo-lácteo vegetariano— probé el té tibetano. No me arrepentí ni una fracción de segundo. No se exactamente cómo lo preparó Philip, la forma tradicional en Tibet es bastante complicada, porque entre otras cosas, al té algunas veces lo hierven por horas. Aquí va una receta más común para que prueben.
Po Cha — Té con Manteca
Ingredientes para cuatro tazas:
Agua
Té negro
1/4 cucharita de té de sal
2 cucharas soperas de manteca
1/2 taza de leche, mejor si es entera, y también le pueden agregar crema. Eso hace que sea más parecida a lo que es la leche.
Preparación
- Primero, hervir cinco o seis tazas de agua y apagar el fuego.
- Poner dos cucharas soperas colmadas de té en el agua y hervir otra vez durante unos dos minutos.
- Colar el té
- Poner el té, un cuarto de cucharita de té de sal, dos cucharas soperas de manteca y media taza de leche en un recipiente que cierre bien para agitar el té. También pueden usar una licuadora.
- Agitar bien, o licuar durante dos o tres minutos, cuanto más mejor. El Po Cha tiene mejor sabor cuando se lo sirve bien caliente.
Vamos camino al solsticio de la mitad del invierno. Aunque difícilmente tengamos tanto frío como en Tibet, un buen Po Cha, para quienes consuman lácteos, va a resultar muy reconfortante ¡A disfrutarlo!
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